BUENOS VECINOS



Jane y David Hill se conocieron cuando eran niños, hicieron la preparatoria juntos y cuando terminaron decidieron casarse. Como regalo de boda, los padres de ambos les obsequiaron un hermoso chalet en Midtown, condado de Eastville.
- Buenos días vecinos – dijo Bob
- Bienvenidos al vecindario – dijo Susan
Bob y Susan Fresh alquilaban la casa contigua, eran una pareja no muy joven pero tampoco vieja. Bob era un desempleado y Susan limpiaba casas para mantener los gastos de ambos.
-         ¡Qué bella es esta ciudad! – dijo Jane - Siempre quise vivir en un barrio tan tranquilo como este - dijo
-         Bob, ¿te gusta el futbol? Hoy comienza el Super Bowl, soy aficionado del los Dolphins – dijo David – ¿quieres que lo veamos juntos vecino? – dijo
 Así comenzó la amistad entre estas cuatro personas. Compartían tardes, noches y fines de semana juntos. Incluso celebraban las Navidades reunidos frente al hogar a leña con sus típicos sweaters rojos y verdes. Un día como cualquier otro, el padre de Jane tuvo que ser hospitalizado.
-         Tenemos que viajar a Huston, mi padre enfermó y los médicos aun no saben el diagnóstico – dijo Jane
-         Les dejamos a cargo nuestra casa – dijo David – no sabemos cuando regresaremos. Les pido por favor que cuiden de ella – dijo
Bob y Susan pasaron meses sin recibir noticias de los Hills. Pasó el Día de Acción de Gracias y nada, pasó Noche Buena y nada, pasaron las Pascuas, el Día de la Independencia, Halloween, cinco años sin saber nada de sus vecinos.
-         Sabes Susan, me hubiera encantado ser padre – dijo Bob
-         No empieces con ese cuento de nuevo – dijo Susan – bien tu sabes que jamás pudimos iniciar ningún tratamiento, no tenemos el dinero suficiente para hacerlo – dijo Susan
-         Lo podríamos tener si quisiéramos – dijo Bob – los vecinos nunca volverán, podemos vender su casa y todas sus pertenencias y con el ese dinero emprenderíamos el tratamiento – dijo Bob
A Susan le atrajo bastante esa idea. Tanto que por unos meses no dejaba de pensar en ello. Seria algo arriesgado, pero el deseo de tener un hijo era más fuerte que cualquier regla moral.
- Mami, mami, en la puerta hay una señora que pregunta por ti – dijo Rita, la pequeña hija de los Fresh  - dice que tu amiga ha vuelto – dijo
Susan abrió la puerta de su casa. Era Jane quien se encontraba enfrente de su entrada. Los Hills habían vuelto luego de diez años.
-         Adelante Jane – dijo Susan con una extraña sonrisa – siéntate, debemos hablar – dijo 

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